DEL APOYO A LA CRUELDAD
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La crueldad no existe porque sí, sino gracias a una mediación -de apoyo asociativo-; si en el mundo sólo existieran dos personas, nunca se odiarían. Pero sí, en cambio, si existirán ya dos frente a una, a la cual sí ya se puede marginar -prescindir- por algo: por una no igual en competencia frente a las otras dos, por una que sus gustos o preferencias -en determinar más “independencia” o sentido crítico- son más propias frente a las otras, por una que posea un color de la piel -algo sugerente o simbólico- frente a las otras dos.
Así que la crueldad radica, en el fondo, en la discriminación; o sea, de... “unos aventajados en algo y otros no”, “unos que simbolizan algo demasiado en una forma deshumanizada y otros no”, “unos que comen de la olla siempre de un sistema o línea que les privilegia y otros no”, “unos que visten a la moda y otros no”, “unos que tienen sus derechos pisoteados y otros no”, “unos pueblos indígenas u otros no”, “unos países ricos y unos países pobres”, etc.
Es eso, cada ser humano siempre tendrá asociados -simpatizantes- para darse el... odiar; si no, no.
Por supuesto, no lo olvidemos, a Bin Laden son miles y miles los que lo apoyan o defienden, a Bush aun millones, a las empresas armamentísticas demasiados intereses del poder político y económico, a Franco aún lo siguen amando y apoyando miles, a Pinochet o a cualquier dictador en el mundo también, al presidente chinito, a él, que dirige quienes deben ser castigados u oprimidos, a los explotadores soberbios en el terreno económico, a la mafia narcotraficante que posee muchas infraestructuras ayudadas por... muchos, sí, a las multinacionales farmacéuticas que la sanidad igualitaria les importa un pimiento, a los fundamentamismos religiosos que quieren que el Sida lo arregle un dios -el que es de ellos o manipulan-; es decir, ya cada uno con la complicidad -en sus acciones- que le corresponde.
Por ello, de la violación o explotación sexual de niños -o de mujeres desarraigadas- millones son cómplices, del maltrato de animales muchos o milloncejos, del machismo, de las sectas económicas -por ser elitistas- o religiosas, del proselitismo involucionista o dogmático, de esas costumbres de violencia o de crispación, del racismo... igualmente, del derroche tan indigno de comida y de recursos, etc.
La crueldad sólo existe porque se ayuda, porque aquél o ése mantienen un omnipotente éxito con ella; porque a quien la afronta con el alma o la critica -lo que es sólo conocimiento o esfuerzo- lo machacan..., porque la dignidad usted la pisotea en cuanto que no reconoce a quienes demuestran -con su absoluto esfuerzo digno-, en cuanto que -en irresponsabilidad e hipocresía- prefiere la máscara, lo morboso, lo famoso, lo muy alineable, lo superficial o lo truculento.
Ya millones viven de eso y no toleran que no se pare o no gane.
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La crueldad no existe porque sí, sino gracias a una mediación -de apoyo asociativo-; si en el mundo sólo existieran dos personas, nunca se odiarían. Pero sí, en cambio, si existirán ya dos frente a una, a la cual sí ya se puede marginar -prescindir- por algo: por una no igual en competencia frente a las otras dos, por una que sus gustos o preferencias -en determinar más “independencia” o sentido crítico- son más propias frente a las otras, por una que posea un color de la piel -algo sugerente o simbólico- frente a las otras dos.
Así que la crueldad radica, en el fondo, en la discriminación; o sea, de... “unos aventajados en algo y otros no”, “unos que simbolizan algo demasiado en una forma deshumanizada y otros no”, “unos que comen de la olla siempre de un sistema o línea que les privilegia y otros no”, “unos que visten a la moda y otros no”, “unos que tienen sus derechos pisoteados y otros no”, “unos pueblos indígenas u otros no”, “unos países ricos y unos países pobres”, etc.
Es eso, cada ser humano siempre tendrá asociados -simpatizantes- para darse el... odiar; si no, no.
Por supuesto, no lo olvidemos, a Bin Laden son miles y miles los que lo apoyan o defienden, a Bush aun millones, a las empresas armamentísticas demasiados intereses del poder político y económico, a Franco aún lo siguen amando y apoyando miles, a Pinochet o a cualquier dictador en el mundo también, al presidente chinito, a él, que dirige quienes deben ser castigados u oprimidos, a los explotadores soberbios en el terreno económico, a la mafia narcotraficante que posee muchas infraestructuras ayudadas por... muchos, sí, a las multinacionales farmacéuticas que la sanidad igualitaria les importa un pimiento, a los fundamentamismos religiosos que quieren que el Sida lo arregle un dios -el que es de ellos o manipulan-; es decir, ya cada uno con la complicidad -en sus acciones- que le corresponde.
Por ello, de la violación o explotación sexual de niños -o de mujeres desarraigadas- millones son cómplices, del maltrato de animales muchos o milloncejos, del machismo, de las sectas económicas -por ser elitistas- o religiosas, del proselitismo involucionista o dogmático, de esas costumbres de violencia o de crispación, del racismo... igualmente, del derroche tan indigno de comida y de recursos, etc.
La crueldad sólo existe porque se ayuda, porque aquél o ése mantienen un omnipotente éxito con ella; porque a quien la afronta con el alma o la critica -lo que es sólo conocimiento o esfuerzo- lo machacan..., porque la dignidad usted la pisotea en cuanto que no reconoce a quienes demuestran -con su absoluto esfuerzo digno-, en cuanto que -en irresponsabilidad e hipocresía- prefiere la máscara, lo morboso, lo famoso, lo muy alineable, lo superficial o lo truculento.
Ya millones viven de eso y no toleran que no se pare o no gane.
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