Un valor, sea o no sea ético, es “algo que tiene una importancia” porque “nuestra voluntad se la ha dado” por uno o por otro motivo, o por una u otra causa (costumbre, educación, prejuicio, presión circunstancial o social, etc.), y sirviendo para algo (para intereses de Estado, económicos, religiosos, sociales, individuales, etc.); por lo que, concebido de una u otra manera por la voluntad -manipulada interesadamente o no-, siempre protege a algo más o menos minoritario o mayoritario: de uno, de unos, de pocos, de muchos, de casi todos, de todos y, también -si es un bien natural-, de esto o de todo.
En cambio, un valor ético ya tiene una pretenciosa finalidad constante, o determinada ante cualquier causa porque se ha considerado o demostrado racionalmente que es imprescindible para todos, por encima de los intereses que “temporalmente” se muevan en la sociedad.
Conque es un valor que sirve al vivir común y al convivir mejor de todo y de todos; ciertamente, ya es algo que se aleja de la manipulación -en una renuncia propia y social- porque concierne únicamente a la conciencia del ser humano por una lealtad a una coherencia de la responsabilidad constante que ha de tener -siendo, así, equilibradamente beneficiosa- en toda su vida.
¿Cómo distinguir un valor ético del que no lo es?
Se ha aclarado que un valor ético ha de ser “del bien común” o beneficiar a todos; pues bien, para que eso sea posible, cualquiera o todos deben tener las capacidades o las cualidades que realmente lo alimenten; quiero decir, como es “del bien común”, en responsabilidad todos deben poder desarrollarlo. En pro de eso, evidente es que el valor ético radica no más que en las propiedades “connaturales” de todos los seres humanos, sin excepción o indiscriminadamente.
Ahí está la primera infalible prueba, la amistad todos la pueden desarrollar, nadie, absolutamente nadie es ajeno a ella ni, aun, tiene una total incapacidad para no cultivarla. En efecto, siempre en algo, la amistad, el amor, la sinceridad, la comprensión, la solidaridad, etc., “son de todos “o todos pueden alimentarlos (con más o menos ayuda de los poderes fácticos y educacionales).
Por el contrario, “ser rico” no, nunca, es un valor ético en cuanto que siempre, para que haya un “ser rico”, por obligado ha de existir un “ser pobre”; a ver, es una cualidad por “tener” lo no “connatural” que se sustenta, en verdad, en que “el otro no la tiene”.
No nos engañemos, “explotar”, “mandar”, “recibir”, “ordenar”, “callar”, “dirigir”, etc. imponen estados de privilegio -muchas veces de superioridad- que siempre excluyen a otros; y no, nunca, “pedir” -a todos-, “proponer” -a todos-, “mirar” -a todos-, “convencer” -a todos-, “razonar” -a todos o contando con todos-, etc. Para estos tiempos del “todo vale”, precisamente acabo de aclarar – a todos y contando con todos- lo que es... “verdad”: razonar sin excluir o ningunear el razonar -o la contraargumentación- de nadie.
Y, dicho eso y por último, ¿qué es un principio ético? Pues el ponerle “un principio de vida” (un “origen de donde partir”) o un lema a tus acciones de un valor ético en concreto; de “verdad” sería “un amor o un defender la verdad”, de la “honradez” sería “aceptar sólo un merecer justo”, del amor sería “sé bueno y no mires a quién”, de la “tolerancia” sería “vive y deja vivir”, de la “amistad” sería “considera lo que te ha dado y perdona sus defectos”, de la “solidaridad” sería “comprende primero la necesidad” -porque no haya un irresponsable derroche-, etc. Por supuesto, un principio es empezar, no llevarlo “de palabra” a la radio para que quede de adorno como “el que no sabe de la cosa”.
Sobre todos los valores éticos, he de señalar lo más importante, esa base que los esencializa, que los virtualiza para que cada uno sea coherente con los demás: es el "reconocer". Si no se reconocen a esos valores mismos pues, sin más, son interesadamente no éticos. Si no se reconoce la dignidad de todo lo que vive, en efecto, es imposible que se le practique algún valor ético. Si no se reconoce al que demuestra, el valor de la "verdad" es humillado y humillada "la verdad del amor", "la verdad de la solidaridad", etc. Si no reconoces un hecho en concreto, ese hecho siempre recibe por ti un desprecio -de que exista como todo- y, asimismo, una miserable negación de la realidad. Si no reconoces a tu padre, imposible es que puedas ser honesto con cualquier otra dignidad.
Uno u otro valor nunca se pueden utilizar para excluir a los otros; sin duda, por cuanto que un dictador podría alardear de practicar mucho el valor de la "amistad", cierto -a conveniencia-, pero a costa de los otros valores y, así, negándolos.
Aclaraciones:
- Los refranes son irrebatiblemente frases de un conocimiento, vengan de donde vengan (unas veces de prejuicios o de tópicos y otras de sentencias populares sobre hechos "de una época"); por lo tanto, el conocimiento que conllevan puede ser cierto o no cierto, o sólo ser "cierto en aquellas circunstancias en que se dijo".
- La responsabilidad de informar no se puede justificar nunca contra el conocimiento o contra la veracidad.
- Toda persona, ineludiblemente, sólo es educada por... conocimientos; lo que ocurre es que -ahora- esos conocimientos LOS DAN a mansalva demasiados medios con demasiadas carencias de responsabilidad o de los imprescindibles valores éticos.
Así que nunca digan, luego, esos objetivos "desequilibrados de la sensatez de esa ética", que los niños "son así" o "son malos" o "han aprendido de la nada". No, nunca.
3 comentarios:
TODO VALOR ÉTICO -EN EL FONDO- SE FUNDAMENTA EN EL "SABER DIGNIFICAR". ASÍ ES, DEMUESTRAS A TU MADRE QUE LA AMAS Y QUE LA PROTEGES SÓLO PORQUE VERDADERAMENTE LA DIGNIFICAS; Y DEMUESTRAS QUE TE IMPORTAN LOS DERECHOS HUMANOS DE LOS MÁS DÉBILES SÓLO PORQUE PRIORIZAS -POR ENCIMA DE TANTOS INTERESES, INCLUSO DE LOS TUYOS NO TAN IMPRESCINDIBLES- SU DIGNIDAD.
ES DECIR, CUALQUIER DERECHO SÓLO SE PONE EN MARCHA DIGNIFICANDO -Y SABIÉNDOLO HACER-, NO PASANDO POR ALTO CUALQUIER DISTINCIÓN NATURAL O ESFUERZO DE NADIE.
PERO ES LO CONTRARIO LO QUE PRECISAMENTE HACEN MUCHOS DE LOS QUE VAN DE CORRECTOS O DE SENSATOS, ESO, LO CONTRARIO.
2 de abril de 2011 09:58
José Repiso dijo...
Todo tiene unos requisitos determinados porque sea algo, porque exista y funcione en distinción como "un algo", como un elemento activo y diferenciado de un contexto.
Por ello, para conocer la realidad, para conocer algo como "coche" -por ejemplo- se han de cumplir ciertos requisitos ya determinados por la conciencia. Para no liarla, para no confundir, para no errar, etc.
O sea, para amar, primero se ha de determinar en conciencia qué es amar en la máxima proximidad o exactitud para diferenciarlo eso "de lo que no es amar", así es.
Aún más claro, para pilotar un avión se ha de determinar en conciencia qué es realmente pilotar un avión, algo que es obligado; si no, se confunde, se va de "modestia estúpida o destructiva", se manipula, se daña.
22 de abril de 2011 08:21
¿Qué es la frivolización que hacen o la fragmentación de la unidad ética?
Los Derechos Humanos tienen una UNICIDAD -únicamente unas reglas establecidas de juego- por el bien de un solo camino ético y no veinte; es decir, los medios de manipulación, la intelectualidad sin esfuerzos -a peloteo, a influencias y a arrimo al facilismo de la saturación predominante- y los ideólogos "chaqueteros" de conveniencia, poderosamente realizan el horror del taifismo ético o la destrucción de principios sólidamente éticos (honestidad, honradez, etc.).
Así es, y si eres intelectual..., haz de demostrar algo; pero ¡no!, ¡ya es válido solo las astucias de la APARIENCIA!
5 de septiembre de 2011 14:36
José Repiso dijo...
Mientras vivieron los bárbaros durante mucho tiempo, ÚNICAMENTE VEÍAN SU BIEN -que no lo había, pero lo veían- y veían a los romanos como malignos, imperialistas, soberbios, etc. Pero ellos establecían dicharacheros benevolencias en sus REDES SOCIALES sobre ellos únicamente, al margen de los hechos, o sea, dictaban su bien o al que demostraba lo perseguían, y arrasaban pueblos y violaban niñas...; pero ellos insistían -sin demostrar nada- que hacían lo correcto.
En estos tiempos de confusión y de no reconocer nada... se arrasa mucha dignidad, se destruye...
5 de septiembre de 2011 14:37
José Repiso dijo...
ÉTICA HAY SÓLO SI SE DEMUESTRA.
Lo que es ético es bueno. Exacto pero, para querer eso, hay que entender lo que todos -en una responsabilidad común- han de cumplir siempre como exigencia defendida por todos. Por ejemplo, SE EXIGE QUE NADIE CONTAMINE -y todos eso no pueden esquivarlo ni menospreciarlo-, pues también SE EXIGE QUE NADIE TORTURE o pisotee los derechos humanos -y todos eso no pueden esquivarlo ni menospreciarlo-. Más claro... el agua.
Sí, el que no exige tales cosas no es un humano social, no es ético, no es civil ni respeta convivir -y quiere buscar el "todo vale" por uno u otro camino injustificable-. Las justicias HAY QUE EXIGIRLAS, eso es precisamente LO JUSTO o lo ético. Justicia es exigirla pero, si consientes muchas confusiones en cuanto a esto, irresponsabilidades y posturas o indiferencias que a esto no dan la cara, eres destructivo, no demuestras ética. Así es, se puede construir o se puede destruir pero, si te das como ético o como digno ser humano, has de ser ético, no engañar a todos, no manipular a todos, no jugar con los sentimientos de todos ni burlarte, en cinismo, de todo. No, no puedes darle vía libre a lo antiético ni hacerle nunca implícita apología, y... no hacer nada, y callarte, y esconderte en cobardía y en irresponsabilidad, no puedes, no, lo mismo que no puedes matar o violar a una niña al "lo que me da la gana". No vale todo. Y hay que luchar, luchar en ejemplo y en dignidad, siempre porque no valga todo.
5 de septiembre de 2011 15:06
Sí, todo requiere el USO CORRECTO, y ya la misma naturaleza nos los dice (a la naturaleza no se le ocurre tantas mentiras como dice el ser humano, ni se le ocurre usar la caza como adorno o como deporte como al ser humano), y ése es el uso que SE DEMUESTRA más imprescindible, no el que nos venden en la tele o en las multinacionales.
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LO QUE PREDICAN CHOCA CONTRA ALGO:
Todo el mundo dice que no manipula, todo el mundo dice que no se corrompe, todo el mundo dice que no es responsable...; entonces, si la sociedad siguiese aceptando eso que predican -como total certeza-, nada habría que cambiar (aunque, los que cambian eso, sí, son los que conciencian lo contrario).
La sociedad es condescendiente de lo injusto con sus vicios y con sus errores a través de las costumbres, y es también un resultado de manipulación que los poderes predominates con sus intereses injustos han establecido; por eso se ayuda SIEMPRE -directa o indirectamente- a lo más mediático, en efecto, a lo más simpáticamente -en falsedad- vendido, y seamos claros, a lo más HdP -pues ya el venderse a lo injustamente establecido es lo más fácil del mundo-, a lo más influente y con glamour y de buena casta y "clase", o sea, a lo más irracionalmente manipulador porque... todos los recursos -en manos de eso- trabajan para eso.
5 de septiembre de 2011 15:07
José Repiso dijo...
El conducir, por ejemplo, tiene unas únicas reglas de juego; por eso son imparciales -o benefician a todos al mismo tiempo-.
Pues, en la argumentación racional -o en el tener la razón-, pasa lo mismo, que ha de sujetarse o basarse sobre unas únicas reglas de juego que, desde un principio, no da ventajas a nadie.
13 de septiembre de 2011 05:48
José Repiso dijo...
SOBRE LEMAS FACILONES QUE SE DIFUNDEN:
Ningún supuesto lema ético puede ser incompatible con los principios éticos en general; así es, sobre estos se intentan montar o inventar lemas personales, parciales y, sobre todo, emocionales.
Un lema emocional es muy bonito y muy fácil de "vender" para que triunfe (yo, en un minuto, os puedo sacar dos o tres: "piensa en ti más que nunca", "dale un beso a todos", "cree solo en tu destino"...) , por eso es una demagogia, sí, un facilismo.
Lo importante es que haya mucho analizado en responsabilidad sobre un lema que quieres dar COMO EJEMPLO A LA SOCIEDAD. Sí, eso es muy serio. No se puede improvisar con un lema cualquiera para su difusión ejemplar y pública, porque seguro que tiene sus consecuencias como todo; y consecuencias que... se provocan.
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