En la vida tengo perfectamente comprendido que, los que más hablan del bien, son precisamente los que se mean encima de él. Nada hubieran hecho por Jesucristo -hacer algo por él es solo hacer algo por la verdad-, exacto, ¡nada!, ni por nadie que no venda algo por rentable mentira. Para ellos, verdad es un negocio, un darlo todo por sobremediación o por lameculismo rentable.
A ellos LOS DEFIENDEN MUCHOS INTERESES -y de ellos sacan mucha rentabilidad, recursos y poder para dominar y fácilmente beneficiarse-; por el contrario, a mí no me defiende ningún interés, a honradez solo el esfuerzo sin recursos y el cumplir las reglas racionales. ¡Ahí está todo!, ya está todo dicho. Mientras para unos la dignidad es un privilegio de dictadura; otros la tienen que sudar y sangrar hasta la muerte.
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