La mentira no se defiende por sí misma, siempre supone y requiere colaboración de MONTAJE, complicidad. La mediocridad, el fanatismo político, la linealidad manipulante o una u otra imposición literaria, la antiética,... tienen facilísima su labor (con triunfo robado o forzado) con tal complicidad.
Las leyes son "cosas" del poder; él las hace porque permanezca un control de él hacia el pueblo más que del pueblo hacia él.
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