Pues bien, el sentir y el pensar de Jesucristo únicamente era el "AMARÁS AL PRÓJIMO COMO A TI MISMO" con unos únicos procedimientos de BONDAD, CARIDAD o ENTREGA.
Jesucristo, hablemos dignamente claro, se dedicó con prioridad a los más necesitados (a los niños -"dejad que se acerquen a mí"-, a las personas deahuciadas de la sociedad -"el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra"-, a los enfermos, etc. y nunca aprobó el amontonar riquezas materiales, ¡nunca!
¿Cuándo se quitarán la máscara esos falsantes telepredicadores?