jueves, 26 de noviembre de 2009

La mayoría no está exenta de crueldad. Es falso "ese peloteo" (para sacar rentabilidad) de que "todos son buenos" (sólo alguien es bueno a medida que tiene conciencia y responsabilidad -cada uno al nacer no tiene capacidad de eso, o sea, no es "bueno" ni "malo": es "neutro" en cuanto a un "bien" y a un "mal"-). Hace treinta años, casi el cien por cien de la sociedad consideraba, en mucho, a la mujer inferior al hombre (y eso es una gran crueldad).
Lo que ocurre es que hay seres humanos que se pasan toda la vida concienciando y haciendo responsables a los demás con sus esfuerzos y sus aclaraciones de prejuicios y de responsabilidad; es decir, ésos son los únicos que hacen a los demás al fin buenos, tras tanto recibir la presión, el desprecio y la intolerancia de... tanto.

Hay algunos melones que no se enteran; México no tiene dignidad pues es lo mismo que decir la dignidad de América, la dignidad del océano Atlántico o la dignidad del Universo. No, la dignidad de México es únicamente la dignidad, una a una -y sin faltar alguna-, de todas las personas que forman México; o sea, los seres vivos son los que tienen dignidad por... "su sentir", por los esfuerzos o intenciones o valores -o justa igualdad al vivir- que conlleva tal "sentir-se" vivo.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Ya, en la era digital, todos los nazis tienen su cadena televisiva; los que no tienen poder no, los indígenas que tan desprotegidos están no, los millones que viven en la miseria no, los que son ninguneados y pisoteados todos los días no, los que reclaman lo que les han robado tras pagar tanta hipoteca y quedarse -al final- sin dinero sudado y sin casa no, las grandes víctimas de la guerra no, sino únicamente los que tienen algún poder (dinero, secta, grupo amplio de fanáticos o de locos, un periódico de riquetes, los que son respaldados por recursos públicos, por bancos, por multinacionales, etc.). Y lo peor es que, el cien por cien de lo que dicen, es mentira total; o sea, precisamente lo que ellos llaman: "verdad" (ya llenísima de buenamierda para que así lo parezca).
Existe un buen truco nazi mediante el "yo tampoco " -o tambien puede ser el "yo también"- que consiste en igualar esfuerzos, situaciones, etc. y, como se igualan, se igualan o se exterminan sus correspondientes dignidades. Así, si un paralítico aún no tiene silla de ruedas, ése dice: "Pues, yo tampoco"; si una persona lleva trabajando 70 años por algo social y aún no tiene una compensación -al menos moral- al respecto, ése que lleva tres días en lo mismo dice: "Pues, yo tampoco"; si un escritor lleva treinta años escribiendo, con todos los recursos de su vida expuestos a eso y aún no tiene un libro publicado o al menos alguna compensación al trabajo social que ha determinado, ése que no ha expuesto casi ningún esfuerzo, casi ni un céntimo y casi ningún riesgo en denunciar o en evitar algo dice: "Pues, yo tampoco".