miércoles, 24 de julio de 2013

ARRANCAN LA CABEZA DEL GANSO PARA DISFRUTAR:


El bien necesita esfuerzos constantes y por eso se harta; en cambio, el mal siempre tiene rentabilidades y por eso nunca se harta.

Cómo saber que te decoren la crueldad es misión de todos los crueles hipócritas.

Si a cualquier estúpido, ignorante o arrogante se le da poder, ya hay injusticias para mucho tiempo.

El amor se trata de que no derrames una gota de sufrimiento más, ni silencies ni ayudes a derramarla

En un pueblo de Españistán de cuyo nombre sí quiero acordarme (Carpio de Tajo) y su ciudad alemana hermanada Höntrop se divierten arrancando la cabeza a gansos en sus fiestas patronales...;  eso sí, entre muerte y muerte van a misa. Dí lo quepiensas: Tlf: 925 75 71 71 Fax: 925 75 79 85 
Email: carpio@diputoledo.es, ayuntamiento@elcarpiodetajo.es
 http://elcarpiodetajo.es/index.php?p=50‪#‎noespaisparaneuronas‬ ‪#‎etfelicitofill‬ ‪#‎españacasposa‬, en donde te dirán -¿cómo no?- que son muy buenos pillamente   y que aman la culturera ancestral

miércoles, 17 de julio de 2013

El POPULISMO, si está dentro de un espacio de democracia y de una justicia racional, no es malo ni de antemano erróneo; además, siempre se ha utilizado (por Gandhi, Lutero King, etc.).
Beneficios del populismo:

- Acerca el pueblo a la participación política o social -la democracia nació así-
- Cuestiona al poder con respecto a si está realmente realizando una justicia social -mientras que el liberalismo jamás cuestiona eso con el capitalismo-
- Se realza el "ejemplo personal" supervisado por los demás o por el pueblo, algo que imposibilita más que haya corrupción.

Errores:

- Los mismos que cualquier modo de gobierno, principalmente la demagogia.
- Que no cumpla con objetivos concretos de progreso -exceso de idealidad-.
- Posibles excesos de poder o de liderazgo.
EL PRIMORDIAL ESFUERZO 

Durante siglos ha habido poca información pero, tal información, era más elaborada y más selectiva; porque sus autores se pasaban toda la vida para auscultar o descubrir algo nuevo, que después lo publicaban de la manera más coherente (la posible ante unos recursos) y, además, trascendente.
Para la gente, pues, le era un honor el exhibir conocimientos de Aristócrates, de Da Vinci, de Descartes, etc. y no de cualquier cantamañanas; así que, cierto es, sabía poco pero bien valoraba el saber, comprendía perfectamente lo que era éste, en dignidad, en cuanto que se conseguía sólo con grandes esfuerzos.
Asimismo, el que hubiera poca información también demuestra o evidencia que -por obligado- únicamente se usaba poca buena información o, si no, poca mala información; y es esto en concreto lo que quiero señalar: la imposibilidad que siempre hubo para el bombardeo de millones y millones -ilimitadamente en lo global- de malas informaciones.
A lo fácil, todo rumor expedito, toda irrebatida o aceptada ocurrencia (”el que calla otorga”), toda caprichosa frivolidad, toda conveniencia de que se hable mucho de algo irrelevante, toda licencia política en retóricas -ya que ahora la sociedad está más polítizada que nunca-, toda mentira en definitiva en el “todo vale”, claro, se exime de lo taxativo de la razón, de sus reglas en donde la argumentación ha de ser lo más rigurosa (no de vulgar protagonismo mediático) y, siempre, tener en cuenta la contraargumentación
Sí, es lo que ocurre, de todo hacen información y salen esas informaciones -sin ser apenas digeridas reflexivamente- ametrallando por doquier en los medios comunicativos; y se imponen porque son muchas o lo dominante, sin escapatoria.
Conforme a eso, el que con la razón sólo se esfuerza, es en disonancia molestia, obstáculo a tanto poder, a tanto “todo vale”, a tanta sublime mediación sustentada en sus propios -parciales- o en competitivos intereses (desde el principio él supone el camino de la responsabilidad que es el mismo que el de la razón, puesto que sólo racionalmente se puede ser responsable) y, en maltrato sin lugar a dudas, de seguido se le ningunea, se le censura, se le desprecia, se le afrenta, se deja sin apoyos o sin recursos sociales; no, no es preferencia frente al famoseo de turno de quienes nunca han dicho una verdad nueva o nunca han hecho un esfuerzo nuevo que trascienda pero, mientras tanto, lo aprovechan y que un Galileo se muera de asco.
Tiene razón -o verdad o dignidad- sólo el que escucha a la razón; si nada más se escucha al señor que dice que dos más dos son veinte, eso no es razón -y ni es verdad y ni es dignidad-.
Sin embargo, en hipocresía y en cinismo, resulta que millones escuchan a ese señor enriqueciéndolo e, intolerantemente, impiden que hable el que demuestra tal irracionalidad, no advirtiendo que eso elucida que ellos son tan irracionales como él. Es como decir “yo defiendo a mi madre” machacándola a palos al mismo tiempo.
Bastantes programas informativos y educativos hay en los cuales, por más atención racional que doy, no dicen ni una verdad, ni una; pero una gran parte social los dan como verdaderos, eso es, tragan las mentiras sin más, protegiéndolas y venerándolas después.
En fin, la mentira en estos tiempos reina pero, para que reine, demasiados les han ofrecido reino y... hasta sus almas. ¡Qué más da!

Nota.-
La patrimonialización de la familia, del estado de derecho, de la patria y de Dios es -en el fondo- lo que causa las grandes mentiras, las grandes manipulaciones y las grandes injusticias; esos conceptos, sí, cuanto más cerrados se hacen más excluyen a las condiciones o a esas diferentes formas de búsquedas de la felicidad individuales.

martes, 2 de julio de 2013

MANIPULACIÓN Y DESVIRTUACIÓN DE LOS VALORES ÉTICOS

La afección por un grupo -en dependencia emocional- es algo que condiciona la concepción que tiene cada cual de los valores éticos. En eso, se puede justificar todo, cierto, en un acomodo fácil de autoconvencimiento cualquier hecho es justificable con una u otra maleabilidad de beneficio propio -eludiéndose la responsabilidad-.
Porque, para cada uno, "los suyos" son los buenos o "los que están con él"; en un grupo de explotadores, en sus opiniones y en sus acciones, "los suyos" y no otros son los buenos con todo tipo de aprecio y de protección, "los suyos" en una modelación del bien y del mal hacia eso, hacia ese montaje de conveniencia.
En un grupo de Facebook, ocurre igual; en un grupo de patriotas, igual; en un grupo de cínicos escritores, igual; en un grupo de radicales e intolerantes judíos, igual; en un grupo de acomodados católicos, igual; en un grupo de admiradores de un pijo cantante, igual.
"Los suyos" o "los que están con él" -sin criterios demostrados y en ceguedad- son los buenos; y, al momento, a eso ahíla todas las acciones, todas las  opiniones y difusiones, todos los beneficios que de él se desprenden.
Y, por supuesto, el mundo quiere cambiarlo, sí, pero CON ESO ya determinado, que "los suyos" son los buenos, porque le viene bien, por tener apoyos "comprados con eso", por ahorrarse cualquier lucha de esfuerzo o de sacrificio personal, por ya crear una gran dictadura del proletariado benevolente de "los suyos", de solo "los suyos" a implacable impunidad.