domingo, 15 de abril de 2012

Hablar de las condiciones de la mujer en el mundo -de esa verdad-, es considerar insoslayablemente a la mayoría de las mujeres  en miseria y en opresión que existe en el mundo. Así es, que se concentra en la India,  en China, en la mayor parte de la población islámica, en Centroamérica, en África, etc.
Sabiendo eso, la prostitución con todas sus consecuencias de denigración y esclavitud, la padece la mujer y no el hombre, como ya algo denunciable que no se puede aceptar ni proteger con retóricas o justificaciones de grupos reaccionarios.
Pero, en irresponsabilidad y cinismo, cuando la prostitución se lleva como información a un medio de comunicación occidental, no invitan a las millones de mujeres víctimas de la "trata de blancas" o de opresiones o de reglas fundamentalistas o de miserias, no, ni a las miles de niñas que son prostituidas sin derechos humanos, sino invitan a los apologistas -o charlatanes- de ella, a esos que bien  la consienten con sus inhumanas justificaciones y, asimismo, a las prostitutas de lujo de sus lujosas situaciones o paises -las cuales la ven muy bien por su grata rentabilidad-.