domingo, 29 de octubre de 2017

ESPAÑA, EL ÚNICO PAÍS COMO PROTECTOR DE LO NAZI:
El primer respeto, el último y el único es... el RESPETAR lo que se demuestra racionalmente (ya que hasta todos los principios éticos están basados en la razón). No existe otro respeto, digan lo que digan los manipuladores.
Los/as intelectuales españoles no demuestran una limpia responsabilidad, aplican sus intereses mediáticos antes que la información, nunca he visto a alguno reconocer algo, pero se venden muy bien "haciendo la pelota" y montándose (gracias a que utilizan multitud de ajenos -no suyos- recursos públicos) una imagen que compra poder (les va perfectamente "lo vendido") y prestigio. A las claras, ¿qué les es válido?, ¿respetos cuando nunca se han respetado la integridad de ellos mismos? Al fin que se peguen un tiro y que no hagan más daño (pues hacen daños de confusión, de manipulación, de no dejar al otro lo que le corresponde, de vanidad, de indiferencia, de no permitir nada, etc. para mucho tiempo mientras apenas un asesino unos años) o que les folle Hitler si les va lo expectacular. lunes, 2 de junio de 2014

viernes, 13 de octubre de 2017

La verdad (para ser verdadno necesita a nadie ni a nada de las millones de oscuridades,trampas, trucos y excusas que son posibles con la voluntad. Por el contrario, la mentira absolutamente siempre necesita JAURÍA, tapadera, algún poder (o capacidad de imposición), crueles (que ulilizan el buenismo vacuo y la influencia interesady la puesta en escena maquillada para renta) aunados a porque sí
 
La mentira no se defiende por sí misma, siempre supone y requiere colaboración de MONTAJEcomplicidad. La mediocridad, el fanatismo político, la linealidad manipulante o una u otra imposición literaria, la antiética,... tienen facilísima su labor (con triunfo robado o forzado) con tal complicidad.

1 comentario:

José Repiso dijo...
Durante más de 10.000 años jamás las estructuras sociales crearon alguna facilidad para la verdad (o para las mujeres en sus igualdades).

Ahora, de un forma totalmente objetiva, la cultura -repletamente llena de los intereses creados de los poderosos y de los corruptos que viven a costa del pueblo- de ninguna manera va a permitir el acceso de la gente a la verdad.



De una manera infinitamente generalizada en ningún país de integrismo islámico los poderes van a facilitar que se hable de verdad: de los derechos humanos de las mujeres, de la libertad o dignidad del ser homosexual, etc.


O sea, hay países en donde de una forma objetiva, generalizadamente está prohibida la verdad.