jueves, 11 de noviembre de 2010

¿QUÉ ES LA CRÍTICA RACIONAL?

El razonar implica decir –porque se ha de decir o comunicar– dos efectos: el decirte que has hecho algo correcto (el enamorarte de tu esposa) o el decirte que has hecho algo mal (el maltratarla después); por lo tanto, el realizar la razón tan sólo significa ADVERTIR el acierto y también el error (y el decirlo guste o no, eso, he ahí la... crítica: capacidad de discernir).

La crítica racional, el advertir errores y defectos –discernidos de lo correcto–, nunca se construye –se prepara- al gusto o al interés parcial –o sea, no es un eludir algo o un adornar–, sino exige que no se cometa más cierto error no descontando que, por haberlo ya hecho, se ha de aplicar las correspondientes leyes o punición ética.

Así es, la crítica o la autocrítica únicamente detiene a lo que es el error; pero cualquier error, uno u otro, puede “salirse con la suya” con el apoyo de muchos aliados (costumbres, poder de alineaciones interesadas, condescendencias, etc.), entonces, el razonar ético debe ser sin miedos contundentemente crítico incluso en eso, no respetando “tal como es” a esa costumbre –o a ese error– en concreto o nunca cediendo a sinrazón ante ella, lo que sería otro error sobre el respeto mismo.

En claro, no vale ese sucio “Hazme una crítica de que maltrato a mi esposa, pero con educación y respeto, con ese... gustillo, ya teniendo a mi favor de que eso está bien visto en mi pueblo” y sí vale, en protección, en autoprotección y en coherencia, las descalificaciones que son propias de ese hecho además coercitivo a la correcta exigencia ética.