viernes, 30 de agosto de 2013

CONFUSIONES GENERALES QUE SE EXTIENDEN:
-  La sociedad debe tener SIEMPRE como referencia real -o como base de realidad- lo natural o la naturaleza; porque es donde vive, es donde existe. Así es en coherencia, debe -para no equivocarse- remitirse a lo natural en su amplio contexto. Ahora bien, si se trata de su contexto conceptual, de civilidad y de valores éticos no ha de remitirse solo a lo natural -puesto que en la naturaleza de un modo "salvaje" no existe eso de los valores éticos o de los derechos-, sino a las soluciones más sensatas que no perjudiquen a nadie o que beneficien a todos.
-  La mayoría de las normas que hacen funcionar una sociedad correctamente solo son éticas, no legales. Cierto, la solidaridad no la prescribe alguna ley, sino lo ético desde hace miles de años; y con todos los pilares civiles ocurre igual. La ley ya se encarga de aislar a un violento de la sociedad, pero no de prevenir nada -al contrario de lo que hace la ética-. Además, las leyes -una mayoría- con objetividad no tienen racionalidad; en el mundo islámico obedecen a patrones religiosos y, en Occidente, a contemplar al que tiene y al que no tiene imagen de poder -si es turista, todo es fácil ; si es inmigrante, todas las leyes le persiguen-.

jueves, 29 de agosto de 2013

PREJUICIOS CONSTANTES:

"Nada es imprescindible" es radicalmente falso. En una sociedad, todo lo que es sociedad -todos los elementos de sociedad- son imprescindibles; en un medio natural, todos los elementos de ese medio natural son imprescindibles.
"Yo no quiero convencer" o "Él no quiere convencer"  es totalmente falso. Porque todo lo social es en esencia "convencer" y se dirige a convencer, en cualquiera:  lo mejor, el que no le hagan daño, el que lo dejen en paz, el que lo amen o el que sirve para uno u otro trabajo.
Tras una dictadura se suele decir: "Que hagan justicia con una parte y con la otra, con las dos partes", algo que es también falso; ya que, los de una parte ya tuvieron su atención jurídica y de protección social -esos beneficios-, y los de la otra parte no.
"El catolicismo, el comunismo -u otra tendencia- produjeron X millones de víctimas" es falso y recurrente para tramposos; porque absolutamente  todo en manos del poder produjo víctimas y porque hay que delimitar y juzgar sobremanera a esos hechos concretos en donde indiscriminadamente se exterminaron personas, con pruebas y documentaciones. No ir en abstracto.

sábado, 24 de agosto de 2013

LO QUE IMPIDE EL LIBREPENSAMIENTO O EL LIMPIO RAZONAMIENTO:
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- La servidumbre de tu pensar: consideras que tu pensar debe servir por obligado a un interés o a un sentimiento (sentimiento patriótico, ideológico, familiar, religioso, etc.).  Ahí tu pensamiento ya no es libre, sino servidor de eso, esclavo. La conclusión ya está predeterminada.

- No remitirte sólo al procedimiento racional delimitado, sino a todos para sacar un beneficio del "todo vale". Aquí es válido todo para tener la razón: intimidar, confundir, utilizar demagogia, argucias, etc.

- No amar realmente a la verdad  o no saber valorar: eres víctima de una vida desalmada sin responsabilidad. Aquí, por egoísmo, frivolidad e indiferencia, la conciencia no existe, la capacidad de reconocer tampoco y el saber valorar la razón es... imposible. Aquí la ignorancia se hace crónica.

sábado, 17 de agosto de 2013

¿QUÉ ES UN VALOR ÉTICO?


Un valor, sea o no sea ético, es “algo que tiene una importancia” porque “nuestra voluntad se la ha dado” por uno o por otro motivo, o por una u otra causa (costumbre, educación, prejuicio, presión circunstancial o social, etc.), y sirviendo para algo (para intereses de Estado, económicos, religiosos, sociales, individuales, etc.); por lo que, concebido de una u otra manera por la voluntad -manipulada interesadamente o no-, siempre protege a algo más o menos minoritario o mayoritario: de uno, de unos, de pocos, de muchos, de casi todos, de todos y, también -si es un bien natural-, de esto o de todo.

En cambio, un valor ético ya tiene una pretenciosa finalidad constante, o determinada ante cualquier causa porque se ha considerado o demostrado racionalmente que es imprescindible para todos, por encima de los intereses que “temporalmente” se muevan en la sociedad.
Conque es un valor que sirve al vivir común y al convivir mejor de todo y de todos; ciertamente, ya es algo que se aleja de la manipulación -en una renuncia propia y social- porque concierne únicamente a la conciencia del ser humano por una lealtad a una coherencia de la responsabilidad constante que ha de tener -siendo, así, equilibradamente beneficiosa- en toda su vida.

¿Cómo distinguir un valor ético del que no lo es?

Se ha aclarado que un valor ético ha de ser “del bien común” o beneficiar a todos; pues bien, para que eso sea posible, cualquiera o todos deben tener las capacidades o las cualidades que realmente lo alimenten; quiero decir, como es “del bien común”, en responsabilidad todos deben poder desarrollarlo. En pro de eso, evidente es que el valor ético radica no más que en las propiedades “connaturales” de todos los seres humanos, sin excepción o indiscriminadamente.
Ahí está la primera infalible prueba, la amistad todos la pueden desarrollar, nadie, absolutamente nadie es ajeno a ella ni, aun, tiene una total incapacidad para no cultivarla. En efecto, siempre en algo, la amistad, el amor, la sinceridad, la comprensión, la solidaridad, etc., “son de todos “o todos pueden alimentarlos (con más o menos ayuda de los poderes fácticos y educacionales).
Por el contrario, “ser rico” no, nunca, es un valor ético en cuanto que siempre, para que haya un “ser rico”, por obligado ha de existir un “ser pobre”; a ver, es una cualidad por “tener” lo no “connatural” que se sustenta, en verdad, en que “el otro no la tiene”.
No nos engañemos, “explotar”, “mandar”, “recibir”, “ordenar”, “callar”, “dirigir”, etc. imponen estados de privilegio -muchas veces de superioridad- que siempre excluyen a otros; y no, nunca, “pedir” -a todos-, “proponer” -a todos-, “mirar” -a todos-, “convencer” -a todos-, “razonar” -a todos o contando con todos-, etc. Para estos tiempos del “todo vale”, precisamente acabo de aclarar – a todos y contando con todos- lo que es... “verdad”: razonar sin excluir o ningunear el razonar -o la contraargumentación- de nadie.

Y, dicho eso y por último, ¿qué es un principio ético? Pues el ponerle “un principio de vida” (un “origen de donde partir”) o un lema a tus acciones de un valor ético en concreto; de “verdad” sería “un amor o un defender la verdad”, de la “honradez” sería “aceptar sólo un merecer justo”, del amor sería “sé bueno y no mires a quién”, de la “tolerancia” sería “vive y deja vivir”, de la “amistad” sería “considera lo que te ha dado y perdona sus defectos”, de la “solidaridad” sería “comprende primero la necesidad” -porque no haya un irresponsable derroche-, etc. Por supuesto, un principio es empezar, no llevarlo “de palabra” a la radio para que quede de adorno como “el que no sabe de la cosa”.

Sobre todos los valores éticos, he de señalar lo más importante, esa base que los esencializa, que los virtualiza para que cada uno sea coherente con los demás: es el "reconocer". Si no se reconocen a esos valores mismos pues, sin más, son interesadamente no éticos. Si no se reconoce la dignidad de todo lo que vive, en efecto, es imposible que se le practique algún valor ético. Si no se reconoce al que demuestra, el valor de la "verdad" es humillado y humillada "la verdad del amor", "la verdad de la solidaridad", etc. Si no reconoces un hecho en concreto, ese hecho siempre recibe por ti un desprecio -de que exista como todo- y, asimismo, una miserable negación de la realidad. Si no reconoces a tu padre, imposible es que puedas ser honesto con cualquier otra dignidad.
Uno u otro valor nunca se pueden utilizar para excluir a los otros; sin duda, por cuanto que un dictador podría alardear de practicar mucho el valor de la "amistad", cierto -a conveniencia-, pero a costa de los otros valores y, así, negándolos.

Aclaraciones:

- Los refranes son irrebatiblemente frases de un conocimiento, vengan de donde vengan (unas veces de prejuicios o de tópicos y otras de sentencias populares sobre hechos "de una época"); por lo tanto, el conocimiento que conllevan puede ser cierto o no cierto, o sólo ser "cierto en aquellas circunstancias en que se dijo".

- La responsabilidad de informar no se puede justificar nunca contra el conocimiento o contra la veracidad.

- Toda persona, ineludiblemente, sólo es educada por... conocimientos; lo que ocurre es que -ahora- esos conocimientos LOS DAN a mansalva demasiados medios con demasiadas carencias de responsabilidad o de los imprescindibles valores éticos.
Así que nunca digan, luego, esos objetivos "desequilibrados de la sensatez de esa ética", que los niños "son así" o "son malos" o "han aprendido de la nada". No, nunca.

viernes, 16 de agosto de 2013

Es una absoluta falacia el que tenga uno -y por imposición hipócrita- que RESPETAR A TODO Y A TODOS (¿respetó Jesucristo por igual a los fariseos que a los demás?); pues, si eso fuera así, el mundo no duraría ni un día. 
Sí, ¿respetar a tanto que, en hechos, no se deja respetar?, ¿respetar a terroristas?, ¿a pederastas?, ¿a genocidios?, ¿a racismos?, ¿a manipulaciones?, etc. Porque el respetar supone tal veneración que, en inevitable "obediencia", inmoviliza las reacciones de crítica, de autocrítica, de indignación y de protesta -también respetar la mentira conlleva... otorgarla-. 
En efecto, cuando respetas a tu padre es porque evidentemente no te ha maltratado, no ha maltratado a tu madre, etc. y, como padre que es más o menos con sus defectos, lo respetas.  Así es, respetas lo que es convincente en hechos, y nunca lo que no lo es; porque sería un grave error de hipocresía o por someterte a intereses alineatorios no éticos o no honestos. 
Aunque lo que siempre, claro, hay que respetar es los derechos humanos de todos, ¡eso!, que ya es algo diferente.

miércoles, 7 de agosto de 2013

PARA HALLAR LA VERDAD HACE FALTA:
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- Valorar -con prioridades y no con negacionismo- todo tipo de conocimiento; sí, hay que tener una mente abierta hacia él, sin miedos y sin cerrazones al conocimiento que crees prohibido -puesto que el conocimiento nunca se prohíbe-.

- Cuestionar -aplicando siempre la duda racional- todo; pues nada es de antemano -sin demostrarlo- verdad. Y cuestionarte a ti mismo las afirmaciones.

- No admitirla si posee alguna incoherencia; porque se puede justificar por un fin a pesar de una incoherencia de fondo.

- Situarla en su contexto propio; ya que todo tiene una naturaleza y un contexto que la distingue o la condiciona, y una verdad cualquiera también.

- En conciencia -y no en conveniencia- aceptarla.

viernes, 2 de agosto de 2013

SOBRE DEFENDER UNA IMAGEN POR DECRETO O POR IMPOSICIÓN PARA SER BUENO:
Hay personas dictadoras que establecen que hay que defender una imagen, por la fuerza -la que ellos digan-, para ser una mínima persona o para tener una mínima dignidad o para ser bueno; sí, es el colmo de la irracionalidad y del bestiajismo total. ¡Vamos!, que hay por obligado que defender la imagen del cristianismo -sí o sí- y no la del budismo o la de los protestantes, así es, ¡sin opción! al orden de sus dictados.
Pero el que hace eso es un clasista -clasifica de antemano- y, como los nazis, patrimonializa una patria, o privatiza una raza o una condición que ya se considera superior  -y lo superior es... imagen intocable-.