viernes, 24 de septiembre de 2010

SOBRE LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Contra una grave injusticia, en indignación y en denuncia, más vale el exceso verbal -que alerta o llama la atención sobre ella, para que se sepa- que el callarla o la indiferencia. Además, es lo que siempre se ha hecho o ha sido, en eficacia, lo más habitual. El pueblo grita: Gritar, manifestarse, protestar ha sido siempre una motivada emocionalidad que reprueba a otros unos hechos y nunca -¡nunca!- ha sido discreción o halago verbal; o sea, no ha sido una verbalidad al cómodo servicio o al gusto del poder, decretada, educada, controlada o arbitrariamente dirigida. La libertad de expresión es precisamente eso, un excederse “ante todo” por liberar o por realizar una propia o particular intención emocional. La libertad de expresión nace o se enraiza sobre la base de un ser humano cualquiera, de la particularidad.

La libertad de expresión, pues, existe o no existe; y es libre, a ese modo personal, consecuente a ese modo personal, del utilizar toda la terminología que quiera, sin discriminaciones por intolerancias.
Digo esto porque todos los términos comparativos se han utilizado durante toda la historia, y no se ha aplicado una intolerancia obsesiva -en paranoia- como ahora. Eso es, todos han utilizado alguna vez o muchas lo de "inquisidor" o "inquisición" (“Aquél es un inquisidor” se ha dicho con mucha frecuencia); pero ¿saben todos -son conscientes- lo que denota o significa realmente inquisidor? Pues... uno que vulneraba sistemáticamente todos los derechos humanos. También, lo de “bárbaro”; y ¿se es consciente de lo que significa? Pues... barbarie, monstruosidad y total destrucción que hace uno. También, lo de “sacrificio” que, éste, proviene de sacrificios sobre todo de humanos que se ofrendaban a los dioses.
Entonces, si nunca ha habido el tabú generalizado en pronunciar algún término, ¿por qué en intolerancia total se hace ahora a “nazi”?, ¿por qué uno sí y otro no?, ¿quién lo impone?

Veamos, el mismo Papa, hace poco y en una respuesta al escándalo de abuso de menores por parte de resposables de la Iglesia, en su libertad de expresión, comparó eso con la persecución que tenían los judíos por los nazis. En efecto, no, yo no reprobé al Papa nada, en cuanto que era "su" libre y legítima libertad de expresión y no aludiendo a ningún ser humano en concreto, tuviera la razón que tuviera. No, ¿por qué a él sí y a miles que pronuncian su libertad no?, claro, no iba a juzgarlo por eso, sino solamente por sus hechos y por sus complicidades.
Sí, es la verdad, unos u otros también han dicho lo que libremente sienten, no lo que le impongan otros sentir, según su parecer legítimo o por la grave injusticia que reciban.

6 comentarios:

José Repiso Moyano dijo...

El derecho a la manifestación está siendo manipulado -infravalorado- por muchos que desean descargar sus rencillas -en la frustración de no tener cabezas de turco para la crisis- por doquier.

Sí, la huelga general convocada en España está "desanimada" y el motivo esencial es que: no hay solidaridad de protesta.

No obstante, es un derecho de todos el protestar contra responsabilidades de una grave crisis y es, además, un deber de todos la no pasividad ante ellas.

Lo contrario son excusas, pues una huelga general sólo puede convocarla los sindicatos más representativos de un país -no cualquiera- y, si quieres esa protesta general, hay que saber eso, digerir comprensivamente eso.
Lo demás u otra cosa no es una protesta general -en el contexto socioeconómico-.

Por eso, sí, la defiendo aunque sea una "causa perdida".

José Repiso Moyano dijo...

CAUSAR EL EFECTO Y, LUEGO, CRITICAR AL EFECTO CAUSADO:

Los efectos del sufrimiento son siempre los mismos... o tristeza o angustia -ansiedad- o depresión pero, se tire por donde se tire, siempre obligatoriamente es un nerviosismo o un aumento de él; en cuanto que, sólo, solamente, se sufre A TRAVÉS del sistema nervioso central. O sea, se sufre A TRAVÉS de los nervios (de eso tan desacreditado que fundamenta nuestra vida) y, estos, quedan condicionados mientras dure un sufrimiento (el de una mujer que está siendo maltratada, etc.).

Así que no se puede considerar: "Vamos a hacerle sufrir a ése y, si se pone nervioso por ello, le llamamos nervioso" o "Vamos a pisotearlo y, si te pone triste, le condenamos a llamarle deprimido" o "Vamos a fusilarlo y, si se desanima muriéndose, le llamamos cobarde o inútil ante la vida".

José Repiso Moyano dijo...

La mayoría de las injusticias o de las máximas crueldades que existen en el mundo las ayudan -o las fortalecen o las hacen permanecer- los mismos intelectuales; sí, me refiero a esos que todos los días salen con sus tonterías y "como el que no sabe de la cosa" -pues la mayoría se hace el loco, el tonto o el tonto-sinvergüenza, todo ello engrandeciendo el falso saber- en televisiones, en radios y hasta en la sopa.
Desinforman y no dejan informar, inculcan malos principios y no dejan que se inculquen al menos los coherentes, dicen que hablan de razón pero impidiendo la razón -claro, la de ellos no-, dan las soluciones que se les pasa por la horma pero no se acuerdan que, en prioridad, deben permitir la solución adecuada y a ése que está deseando darla.

En resumidas cuentas, las injusticias realmente les favorecen, viven a costa de ellas y las necesitan y aun crear cada vez más (pues dan "sinrazones" que es lo mismo que "injusticias"). Enturbiarlo todo y machacar sistemáticamente al que intente aclarar una pizca de lo que han enturbiado, ¡que lo intente!, y ya veréis lo que pasa.

Y dicen que respetan y que razonan pero, a ése en concreto, ¡cabrón! deja ya al menos, al fin de todos los fines, decir lo que se demuestra, deja rebatir, deja a los seis mil millones restantes algo de tu sofá, deja andar, deja vivir, deja...; pero, ¡ah!, ¡si te vas corriendo a apoyar lo que te conviene: tu grupo, tu negocio, tu ideología, tu programa, tu locura incluso..., tu tema y tu monotema, para la intolerancia y todas las injusticias!

Razón SÓLO ES permitir la razón (pero, para permitirla, para que se dé, tienes que apoyarla -y no ponerle censuras, puertas cerradas, pedestales, desprecios, pegas ni trabas-, ¿es que no te enteras, ¡so cabrón!).

José Repiso Moyano dijo...

La única ayuda que existe al mundo es demostrar cosas, demostrar verdad; porque, si no aclaras, demuestras su valor y liberas de confusiones a la dignidad, NO EXISTE DIGNIDAD (sino su utilización falsa y corrupta); porque, si no aclaras, muestras y liberas de prejuicios a la justicia, NO EXISTE JUSTICIA, etc.

Y así todo; si la Tierra la consideran plana, todos seguirán juzgando sobre la base de que la Tierra es plana; es decir, sobre la mentira, sobre la no-ayuda.

José Repiso Moyano dijo...

Existe cáncer en el mundo porque lo quieren y... les beneficia; delincuencia porque lo quieren alimentándola y... les beneficia; la mal organización de algo porque lo quieren y... les beneficia, etc.; pero NO PERMITIRÁN ¡NUNCA Y NUNCA! que otro al menos dé una solución.

Más cicatería e intolerancia imposible.

José Repiso Moyano dijo...

TODO VALOR ÉTICO -EN EL FONDO- SE FUNDAMENTA EN EL "SABER DIGNIFICAR". ASÍ ES, DEMUESTRAS A TU MADRE QUE LA AMAS Y QUE LA PROTEGES SÓLO PORQUE VERDADERAMENTE LA DIGNIFICAS; Y DEMUESTRAS QUE TE IMPORTAN LOS DERECHOS HUMANOS DE LOS MÁS DÉBILES SÓLO PORQUE PRIORIZAS -POR ENCIMA DE TANTOS INTERESES, INCLUSO DE LOS TUYOS NO TAN IMPRESCINDIBLES- SU DIGNIDAD.
ES DECIR, CUALQUIER DERECHO SÓLO SE PONE EN MARCHA DIGNIFICANDO -Y SABIÉNDOLO HACER-, NO PASANDO POR ALTO CUALQUIER DISTINCIÓN NATURAL O ESFUERZO DE NADIE.
PERO ES LO CONTRARIO LO QUE PRECISAMENTE HACEN MUCHOS DE LOS QUE VAN DE CORRECTOS O DE SENSATOS, ESO, LO CONTRARIO.