martes, 16 de noviembre de 2010

JUANITO EL MENDRUGÓN

-----------------------------------------Ediciones “El Cabezazo Nacional

Juanito el Mendrugón, era una persona sencilla, buenizota, sí y sí, como uno cualquiera que en buenaventuranza conlleva la sociedad, era incluso listete –ya sabía contar hasta doce menos once–, y en su pueblo todos lo querían como a un tesoro; motivo por el cual, un buen día –sin que se aproximara alguna malhechora tormenta– lo nombraron alcalde, ni más ni menos.
A todo le daba un rápido arreglo animando a que no pasaba nada –hasta que pasaba– y empezando de nuevo sin volver hacia atrás –aunque no sabía desde dónde–; empero, ¡era tanto su entusiasmo! que conquistó ingente aprobación y renombre en... otros pueblos.
Entonces, los medios de comunicación recibieron todo su eco y lo arrastraron con satisfacción a sus emisiones con sus buenos aposentos, allí él decía y decía para la gran masa:
– “Si se fusilan en tal sitio personas, ahora están MEJOR porque, si antes se fusilaban cien, ahora sólo dos o tres; por lo tanto están mejor, ha mejorado la situación, es evidente” (así lo zanjaba todo, con ese “mejor” tan simple y demagógico). A lo que le replicó una voz de la conciencia, venida de un sabio niñito –con apenas unos tres años– que se encontraba en el presencial público:
– “No digas mendruguerías porque, si a una mujer su esposo le pegaba cien palos y ahora sólo dos o tres, la situación para ella, en evidencia, debería haber mejorado; no obstante, no es así y no hay nada más lejos de la realidad. Pues lo grave es que, algo, sigue ocurriendo como un cáncer que se puede agrandar a la primera oportunidad, ese es el caso de la esclavitud, pero ya no es el caso del derecho de pernada, por ejemplo; eso es, sin confusiones, lo grave no puede tener... ni una justificación, que para eso la sociedad sólo avanza”.
(Pero, lamentablemente, los responsables de aquella emisora de radio acusaron a aquel inocente niñito de agresivo, de maleducado e injurioso, claro, estaba con razón en contra de aquella eminencia tan admirada de tontaina -podríamos decir-, tipo de admiración que hoy en día predomina sobre todo lo demás.)
.
Al tontaina, después, le dieron el premio Nobel y, al niñito, lo fusilaron.

3 comentarios:

José Repiso Moyano dijo...

¿Qué poderoso del mundo -protegiendo su poder y sus inevitables intereses parciales- no está en muchos medios de comunicación?
La respuesta es demasiado sencilla: ninguno.

Por eso, porque ELLOS SIEMPRE ESTARÁN y sólo porque tienen poder -al cual sirven-, la mentira está segura en la información que viene -de una u otra forma- siempre de ellos (sólo tienen que crear una mentira y, luego, buscar en la realidad todos los elementos posibles -uno de aquí y otro de allá- hasta hacerla creer a repeticiones o hasta encajarla como convincente, ¡eso es fácil!).

Manipular, una vez que se tiene poder, es infalible, ¡qué cómodo lo hizo Mao a cientos de millones, Hitler a decenas de millones y también Bush a otros muchos millones! Y mientras todos, porque gusta ayudar a la injusticia paradójicamente, a su vez, les defendían el hacerlo.

¡Sí!, ¡bésenles el culo!

Anónimo dijo...

Gracias José.

Me agradó tu relato y la información que despliega el Blog es muy interesante. La violación de los derechos humanos es incesante en todo el mundo y la civilización no es sinónimo de sabiduría.



En mi opinión, la cual no deseo hacer pública, la sociedad globalizada amigo, le ha abierto ventanas a las comunidades, para mirar la realidad humana con otros ojos y empezar a comprender y tolerar las implicaciones que tiene la diversidad; lo cual de algún modo le pone fin a muchos atropellos que anteriormente se cometían con quienes son diferentes, en relación lo que es refrendado por los valores tradicionales, lo cual es un avance que favorece la convivencia. Pero por un lado va la aceptación de las diferencias y por otro la de la degeneración que estamos contemplando en la humanidad, que en función de las emociones banales, apelando a las libertades individuales, ha cruzado el límite de la maldad. Hay comportamientos que se han convertido en moda y atentan contra la dignidad del ser humano y las familias, lo cual en ningún caso puede ser avalado por la sociedad. Ahora es común la pederastia, la homosexualidad encubierta de muchos padres de familia y la práctica deliberada de una sexualidad abierta; lo que tiene serias consecuencias sociales a muchos niveles. El SIDA por ejemplo es una realidad que atenta contra la salud pública, cuando se carece de responsabilidad. El tema que tocaste, da para tocar muchos tópicos. Lo cierto es que todo lo que se va a los extremos es nocivo.



Saludos cordiales desde Colombia.

José Repiso Moyano dijo...

Nunca es ético el aceptar esa influencia mediática que juega interesadamente con las injusticias pues, no estando en igualdad "contra todas", unos u otros medios de comunicación hacen bandera -en un interés- de unas sólo discriminando a las demás: las utilizan para sus propias "causas de poder" o para sus propios beneficios.

Eso es muy frecuente ahora: unos obsesionados en la injusticia de lo que implica el aborto infravalorando o no dando la debida atención a otras miles de injusticias, otros obsesionados en ETA -que lo tienen como tema hasta en la sopa-, otros en lo que hizo tal niño -un sólo niño- matando a otro, etc.
Quieren dirigir el mundo sobrevalorando una u otra injusticia, y mucho, ¡por encima de todas las demás!