Y de ayudar a una injusticia siempre hay beneficios: en facilidades, en adquisición de recursos, en apoyos, en desaparición de obstáculos y de detractores, etc.
Así es, la sociedad es un conjunto de beneficios que se consiguen o no, o que hay más facilidad o no por conseguirlos en función de consentimientos -sin renuncias imprescindibles desde unos principios éticos- o de "colaboracionismos" que van desde la pasividad, la indiferencia o el "dejar pasar" una cosa u otra que es reprochable éticamente; pero beneficia el hacerlo, y... se hace.
Ahora bien, el que no lo hace, sin duda se queda sin esos beneficios -al margen de los beneficios de conciencia que sí los tiene, y probados-; por lo que deberá luchar desproporcionadamente mucho más para sobrevivir.
También, se debe considerar que unos se pasan toda la vida beneficiando a una parte conveniente de la sociedad -para que funcione esa parte en desequilibrio- y no beneficiando al todo de la sociedad -para que funcione toda la sociedad, en donde sí está la verdadera "construcción"-. Cierto, si de verdad se defiende la "naturaleza", gravísima insensatez sería el sobreproteger a... cualquier parte.
La coherencia de todos mis escritos DEMUESTRAN -ahí están- que no me alineo obsesiva y erróneamente a proteger una parte, sino a atender al "vehículo entero de la sociedad" y, en claro, no colaborando o "dejando pasar" ninguna parte -reprobable en ética- que los demás hacen, por recibir beneficios "convenientes".
Por último, para que funcione cualquier injusticia ha de tener imprescindiblemente un colaboracionismo -si no, no existirá- y, en eso, una mayoría van haciendo la "vista gorda", frivolizan, van haciendo una bola de nieve de irresponsabilidades, desprecian la racionalidad -que es la única base para que funcione todo el mecanismo social-, van alimentando un sutil cinismo, sí, una fría condescendencia a lo vano, un perverso "buenismo".
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