martes, 22 de mayo de 2012

LA MUERTE NATURAL NO EXISTE, EXISTE LA MUERTE CIRCUNSTANCIAL, CONCAUSADA POR LAS MEDIDAS SOCIALES.

"Potencialmente. Porque los mismos periódicos que anuncian en grandes titulares la superación de nuevas barreras, un poco más abajo y de manera mucho más discreta declaran la permanencia de los viejos límites: Los ricos viven treinta años más que los pobres. Para que nos hagamos una idea, mientras que entre 1975 y 2005 la edad media de vida de los ingleses aumentó en ocho años (hasta casi los 79), la esperanza de vida en el Africa subsahariana apenas se incrementó en cuatro meses (para llegar a los 46,1 años). Estos datos de la revista The Lancet revelan asimismo que el corte no es nacional sino económico-social, de manera que los ciudadanos más pobres de Glasgow, por ejemplo, tienen una esperanza de vida de 54 años, inferior a la media de la India. ¿Quién decide sobre la vida y la muerte de los seres humanos? No la ciencia, que podría fabricar más antibióticos y mejores hasta cubrir el conjunto del mundo; ni la producción agrícola, que podría alimentar a tres planetas Tierra; ni la razón y la bondad humanas, que podrían regular y acariciar las relaciones humanas en todas partes por igual. Es el mercado -de mano de obra y de mercancías- el que, mientras produce las condiciones materiales del máximo bienestar y la máxima longevidad, impide su aplicación y generalización. Dios, sin duda, era una ilusión más sensata y menos dañina".
Santiago Alba Rico

2 comentarios:

José Repiso Moyano dijo...

En un contexto o ambiente totalmente natural, el de muchos animales, sí existe la muerte natural; en el contexto social no, porque en el contexto social poco hay de natural.

José Repiso Moyano dijo...

MANIPULACIÓN Y DESVIRTUACIÓN DE LOS VALORES ÉTICOS
La afección por un grupo -en dependencia emocional- es algo que condiciona la concepción que tiene cada cual de los valores éticos. En eso, se puede justificar todo, cierto, en un acomodo fácil de autoconvencimiento cualquier hecho es justificable con una u otra maleabilidad de beneficio propio -eludiéndose la responsabilidad-.

Porque, para cada uno, "los suyos" son los buenos o "los que están con él"; en un grupo de explotadores, en sus opiniones y en sus acciones, "los suyos" y no otros son los buenos con todo tipo de aprecio y de protección, "los suyos" en una modelación del bien y del mal hacia eso, hacia ese montaje de conveniencia.

En un grupo de Facebook, ocurre igual; en un grupo de patriotas, igual; en un grupo de cínicos escritores, igual; en un grupo de radicales e intolerantes judíos, igual; en un grupo de acomodados católicos, igual; en un grupo de admiradores de un pijo cantante, igual.

"Los suyos" o "los que están con él" -sin criterios demostrados y en ceguedad- son los buenos; y, al momento, a eso ahíla todas la acciones, todas la opiniones y difusiones, todos los beneficios que de él se desprenden.

Y, por supuesto, el mundo quiere cambiarlo, sí, pero CON ESO ya determinado, que "los suyos" son los buenos, porque le viene bien, por tener apoyos "comprados con eso", por ahorrarse cualquier lucha de esfuerzo o de sacrificio personal, por ya crear una gran dictadura del proletariado benevolente de "los suyos", de solo "los suyos" a implacable impunidad.